viernes, 28 de abril de 2023

CRISTIANISMO PENTECOSTALOIDE





Por:

W A L T H E R 


Quiero ayudar a la cristiandad, si, a esa manifestación religiosa ridícula, presuntuosa y patética. Si, a esa pléyade de sectas inconexas, disparatadas y primitivas. Quiero ayudar a la cristiandad, pero ésta no se deja, la percibo tan cómoda, tan a gusto en sus afanes ilusorios, que no teme ridiculizarme o humillarme con su indiferencia. Ella me mira de pies a cabeza, esboza una coqueta sonrisa y me cierra la puerta en la cara. Esta tan extasiada en sus danzas y cantos al cielo, que vuela en un sueño despierta, no mira ni oye, no piensa ni razona, ella sólo quiere perderse en las refriegas y saltos.

Quiero ayudar a la cristiandad, si, a esa multitud vociferante, molesta y sin sentido que osa llamarse iglesia, y que son en realidad la máxima expresión socio/espiritual del anticristo. Quisiera ayudar a la cristiandad, si, a esa expresión religiosa no bíblica que nace del mismo ano del diablo, que defeca incoherencias esquizoides que los hunden más y más en sus fétidas heces discursivas.

Quiero ayudar a la cristiandad, si, a esa infeliz horda de iletrados e incultos charlatanes. Pervertidos oportunistas de miradas penetrantes, que lamen todas y cada una de las cavidades supurantes de piadosas rameras vestidas de blanco y panderos en sus manos. Quisiera ayudar a la cristiandad, si, al sarro y musgo religioso del fin de los tiempos, a los mismos ministros residuales de la vagancia sin vergüenza.

 Ella se complace frente al espejo, se gusta, se desea, se erotiza. Sus danzas son su droga, la mente emborrachada, todo a su alrededor se mueve y se tumba, no ve la seriedad de mi rostro, la congoja en mis palabras, el desprecio es su respuesta, una amenaza es su sentencia.

Como primates se olfatean, acicalan y despulgan. En sus paganos aquelarres cristianos, cada día del dios sol se besan y manosean con fe. Sus templos son refugios de cerdos salvajes, que se conforman con alimentarse de la porquería que yace a su alrededor. Seres atrofiados sin ratio ni intellectum, sin barreras ni escudos, vulnerables al asedio espiritual, funcionales al demonio. 

Y así, rechazando mi ayuda, es que han llegado a ser lo que son, y lo seguirán siendo. Como tampoco les interesa saber lo que son, ni como dejar de serlo, pues son felices siendo lo que son, la peor credencial de Jesucristo jamás vista en la historia de la religión cristiana.